La fotografía de fondo de ojo, también conocida como retinografía o oftalmoscopia, es una técnica que permite capturar imágenes del interior del ojo, específicamente de la retina, el nervio óptico y los vasos sanguíneos. Estas imágenes proporcionan información valiosa sobre la salud ocular y pueden ayudar a diagnosticar y monitorear diversas condiciones oculares, como la retinopatía diabética, la degeneración macular, el glaucoma y otras enfermedades de la retina.
El procedimiento de fotografía de fondo de ojo se realiza utilizando un oftalmoscopio, que es un instrumento que emite una luz brillante y permite al médico o al técnico capturar imágenes detalladas del fondo del ojo. A menudo, se dilatan las pupilas del paciente antes de realizar la fotografía para obtener una vista más amplia y clara de la retina.
La fotografía de fondo de ojo es un procedimiento rápido y no invasivo. Por lo general, no causa molestias significativas, aunque algunos pacientes pueden experimentar una ligera sensación de destello o deslumbramiento debido a la luz utilizada durante el procedimiento. Las imágenes capturadas se pueden almacenar electrónicamente y comparar en visitas posteriores para detectar cambios en la salud ocular.